lunedì 10 settembre 2012

Canción de cuna para padres.



A Benjamín Vicuña y Carolina Ardohain, a Adán y Eva, a María, a Príamo y Hécuba, a mis padres, y a todos aquellos padres cuyo error borracho de la muerte y el destino permitió la confusión e infamia más grande en la historia de todos los hombres, aquella sin nombre: el desgraciado equívoco de ver morir alguno de sus hijos. 






Tiempo al tiempo, 
tiempo te detienes, 
vigilante,
mueres despacio,
desapareces,
luz de infinito, 
apacible alegría de mañana.

Tiempo al tiempo, 
niña,
te me escapas,
¿donde fuiste sur de vida?,
libérame, libérame,
libérame de este cáliz, que me mata.

Tengo una Blanca pena, 
vienes sutil y me condenas,
a deambular en negro, a residir el limbo,
a trastocar los breves espacios de la salud del sol,
alba mañana, me escapa, me desentraña,
albo anochecer, 
suplicio del viento, 
te conozco enfermedad infame,
me arrebatas el sueño, 
suspiras tu brisa,
y de prisa me meces en el helado soplo de morir a tu antojo,
tortura lenta,
tortura cruel,
me meces de a poco, 
de a poco, sin ley.

Te oigo a galopes de tiempos distantes,
respiros vagos, 
derrotas fugaces,
cruzas la lanza al costado izquierdo,
fijas mi fin, mueren los tiempos.
Alegría viajas, Blanca del sol,
no me pertenece ya tu risa, 
no me pertenece ya tu ardor.

Me quitas el nombre, me quitas mi sangre,
deténganse todos los hombres,
¡detengan el compás del tiempo!, 
se ha hecho un juicio injusto, 
se ha silenciado el otoño,
¡no vendrá primavera!, ¡no vendrá verano!, 
se ha equivocado el destino, 
ha errado el paso,
ha cambiado los papeles,
teatro injusto, teatro caprichoso,
cambias a tu antojo los ciclos del sol, 
me quitas mi nombre, silencias mi voz.
     
Corazón negro marchito, 
marchito de hadas, marchito de ninfas,
mar de tiempo, 
me naufragas, me derrotas, 
Mi amor amor, me botas,
Mi amor amor, me dejas, 
Mi amor amor, te escapas.

No te vayas, flor de vida, no te vayas, 
no te vayas Blanca miel, 
no me quites la mañana, 
no me mates, te suplico, no me mates, vida mía, 
que no te toco, no te tengo, 
vienes y desvaneces, 
vienes, desapareces, 
no eres mía, niña mía
no eres mía: eres del tiempo.

Ya soy nada. 
Ya soy otro.
Despojadme río de hombres,
¡despojadme!, 
soy yo, os suplico,
despojadme de su cauce,
despojadme de sus trampas,
de sus tácitos acuerdos, sus tradiciones, de sus verbos,
despojadme de sus leyes, sus héroes y sus Dioses, 
despojadme de sus riquezas, sus necesidades, sus bajezas
despojadme de sus alientos,
que soy vacío, que soy del viento,
despojadme de su vanidad, de su ahora, de su verdad,
de lo casual, de esto y de lo otro, 
despojadme al fin del mundo, 
que sólo al tiempo suyo soy devoto.

Dulce agonía,
memoria asesina, 
hazme dormir, hazme de piedra,
no quiero tu luz, no quiero tu sangre,
no quiero este cáliz, no quiero tu agua,
no quiero tú paz, 
¡déjame sólo!, ¡no quiero salvarme!
déjame ya, déjame al fin,
deja ya a mis demonios bastarme...
que no te oigo luz del Alba, 
ya no sacias mi mañana,
ya me pierdo, 
no despierto,
me ahogo Blanca en tú espuma de ruiseñor  
a leguas distante,
en un mar rojo, 
hora del limbo, 
caí al abismo, 
no se si vuelva, 
cárcel de espuma,
no se si vuelva, 
vuelva a la tierra de la razón,
porque soy lunático,
si, soy un lunático,
soy tuyo luna, 
luna del tiempo, de la locura del sin perdón.

Pero si me despiertas, 
algún día, 
si me despiertas sol del alba,
ya sabes donde estaré...
junto al jardín del laberinto, 
junto al consejo del poeta,
bajo el barco que naufraga,
jardín de sueños y deseo,
de todos los pájaros, del ruiseñor,
de las torturas, de las matanzas,
de la esperanza, del no saber si estas mejor,
de la codicia, del pensamiento,
el de la duda, de la mentira, 
de la injusticia de los inciertos, 
de ese tren de la ilusión,
que ya parte, vida mía,
que ya me aparta hija mía,
de tenerlo todo a ser tú viudo, 
viudo del cielo,
hijo del polvo,
castrado del tiempo,
hermano del abismo,
naufrago lejano en la poesía de tú mar,
que mece despacio, que mece sin gloria,
pero que acurruca a este mendigo de tú olor,
que sólo suplica ante todos los Dioses, 
hago frente a todos los soles,
que seas de día, nuevamente, 
que seas mía solamente,
Blanca de sueños,
espuma del mar.

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