Instrucciones
a un amigo para sortear los días lunes.
Que sagrado pensar tu eterna soledad,
De
piedra en piedra, te rebuscas,
Hermano
de tu hastío,
En
vano deambulas en búsqueda de paz.
Señor
de tus candados,
Constructor
de tu destino,
Ansioso
viajas al futuro,
Añoras
el pasado,
No
recuerdas que aquí es tu verdad.
Servicial
a tu codicia,
De tus
miedos y tu ego,
Viudo
del amor,
Acomplejado
de tus logros,
Esclavo
de su vanidad.
Que te
perturba ángel mío,
¿Por
qué no duermes apacible?,
Escapas
indiferente,
Pero
no te atreves a mirarte
A
tocar tu realidad.
Bocanada
de esperanza,
Amargura
demencial,
Caes
fuerte en tu angustia,
En la
pobreza de tu andar.
No te
asustes compañero,
No
estás solo, somos dos,
Miles
hay que no entendemos,
A
quienes saben de la luz,
A la
fortuna, a su azar.
No
desesperes,
No
desistas,
No
estés triste,
Eres
lo que eres,
Nada
empaña tu universo,
Se
transparente,
Te
queremos solo a ti, nada más.
No te
aflijas,
Renuncia
a tu miseria,
Disfruta
tu inocencia,
Se tú
mismo,
Duerme
tu agonía,
Dejate-me
amar.
No
olvides vida mía,
Te
queremos solo a ti,
Tu
inmundicia,
Tus
pecados,
Lo
íntimo en tus faltas,
La
rebeldía de tus vicios,
No
murmullos de señoras,
No
recados de vecinas,
Íntimos
de muerte,
Certeza
de la nada,
El
sinsentido,
Nuestra
nimiedad.
No
somos seres de mentira,
Libérate
de mundos paralelos,
Alegrías
de papel lustre,
Confía
en tu miseria
En la
empatía del dolor
La
conciencia al sufrimiento,
El
abandono del abismo
La
entrega a la amargura,
Te
queremos solo a ti, y nada más.
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