venerdì 22 marzo 2013

Instrucciones para crear el Sol.



No quedaron colores,
ni formas,
texturas,
modelos,
detalles precisos,
de un buen carpintero.
Esfuerzo,
Trabajo,
Suspiro,
Cansancio
Cabeceo incesante,
Retrasos de conde
Cafés mañaneros
Mitines, juntas, coloquios,
Una copa de vino,
La maraña repite,
Dar vida, un destino
A un sol, a un buen hombre..

Para hacer tus contornos,
destruí un mundo entero,
un retaso, un trasnoche,
pincelazos: derroches.
Pero no de locura.
Menos jolgorio.
Son años de circo,
ventrílocuos, gladiadores,
siempre marcan tus pasos,
academias de Emperadores.
Discusiones de altura,
Medir los deseos,
Arquitectos y musas,
Controlar todo…no puedo.

Expectativas del mundo,
Los deseos del Consejo de Ancianos
12 juegos de un hombre,
Pesadillas de duendes
Epidemias y caos,
Vientos del Este,
Sonrisas y golpes.
Te comprometí un corazón libre de encierros,
Aunque no sepa cómo ni dónde.

Descendí a los infiernos, a buscarte un salvoconducto
que permita tú paso,
por todos los mundos.
Minas de oro, nos vieron llegar
para hacer tu interior,
para embarcarte a tu mar.
Figurar tú camino
Los detalles del ethos,
Ícaro vuela al sol,
Las elecciones, los descensos, el destino.
Pero niños, mansos niños, escuchad las trompetas de Tarpeya
No sean ingenuos, sean implacables,
Confiad en su buen juicio, en la intuición
No sed sólo animales sensibles,
¡Pensad señores!
Como las nubes rompen las orillas,
como los océanos del Cielo,
Viajad solos, viajad libres.

Para que tú mirada del frente
fuera de príncipe de antaño,
te mostré las trincheras,
los golpes, las mañas,
los dolores de muertos
del caer, del lamento.
Te relaté historias de hermosas vírgenes,
de casi una decena de devotas santas.
Te tallé en laberintos,
en la mitad de batallas,
De sombras, rencores,
Entre tanta codicia,
Conversaciones mundanas,
Sin recursos, sin patrañas.
  
Por un llamado del cielo, la comarca emprendió rumbo al templo,
Lejanos, devotos, caminan por el desierto.
No hay ríos, no hay lunas, hay sólo tormento,
No dudes, ¡vacilas!, no dudes, no hay tiempo.
Te caes, te paras, no mientas, no escupas,
Da siempre la mano, ojos de frente,
Con honor, sin engaño.
Viajero de estrellas, te curtes las manos,
Trabajas las horas,
Maduras tus años.

Tus ojos de miel,
Tú señorío y postura,
Tú sencillez, tus sabores
Tú ardor y hermosura,
Tú lagrimas de papel,
Tu temor y desidia
Tus vicios, amores,
Costumbres y errores,
Son semillas del sol, rubíes del viento,
Tesoros de Dioses,
Que crecen con tiempo.
Paciencia, marinos, no icen  las velas,
No hemos cruzado el vació,
Dirección forzada,
Pero tened fe, no habrá soldado que no tema a tal envío…

No seas bruto, haz camino
Haz la cama, tus deberes,
Y descansa en el Divino.
Fija metas, no tan duras,
Se obediente,
Subditus Illus.

Desde que explotó tu rostro de retoño encantado,
Un sol del lejano oriente brilla más fuerte.
La tierra baldía ha florecido.
Los Girasoles anuncian más Olivos.
Será o no  casualidad, pero ya es sólo escarcha, ya no hace frío.
Si. Tierra insensible, de problemas resueltos,
De pares sin rostro,
De madres de exilios,
Con nombres de otros,
Sin una ida, sin retorno,
Viajeros de sombras, parad dos minutos, admiren su rostro.

Solitario camina, el héroe de regreso,
Tendedme una mano, que he descendido en picada
Y ya no sé cómo carajo te pertenezco.
De saberte en destierro,
de robarme otoños,
me ha cansado este río,
Pero floto, navego, sin reino.
Por eso ven, ¡salva la libertad de perderse!,
los juegos de palabra,
los engaños, los surcos
los deleites del alma.
Regresa viajero,
A tú lugar, Misionero.
Tráeme las buenas nuevas, las palabras de sosiego,
Que encanten mi ojos,
Mi lugar, mi vida, a tú antojo!
Pero lánzame tus venturas
Me da coraje, me da arrojo,
Para caer al vació,
Del niño de Charleville,
A las putas de Galilea,
De tocarte tú sombra,
De caer en paracaídas,
Por eso, hasta Zor
Y Alta siempre
Hasta el buen fin,
Sea la hora,
Sea lo que sea,
Por el fruto de tú vientre.  

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