mercoledì 20 gennaio 2010

Discriminación a la mujer en Chile, un problema pendiente



El año 2005, un estudio hecho a varios países por la OMS estableció que entre el 15 y 71% de las mujeres que había tenido pareja alguna vez, había sufrido violencia física o sexual o ambas, a lo largo de su vida, de parte de su pareja. En ese mismo estudio, las mujeres que fueron objeto de violencia durante el embarazo osciló entre el 1-28%, y el 25-50% de ellas recibió patadas y puñetazos en el abdomen.

¿Ahora que pasa en Chile?

En 2001, SERNAM informa que:
50,3% de las mujeres casadas o en uniones de hecho, ha vivido alguna vez situaciones de violencia de parte de la pareja;
34% ha vivido violencia física o sexual;
16,3% abuso psicológico;
42,7% ha sufrido violencia sexual antes de los 15 años;
22% señala amenazas con armas;
33% ha sido víctima de violencia sexual luego de violencia física;
88% confirma que el agresor es la pareja; la denuncia se establece con un promedio de 7 años de abuso y violencia;
60% de las mujeres son pobres y 38% pertenecen a estrato alto y medio alto.




En 2005, la tasa de denuncias por abusos y violaciones en mujeres adolescentes entre 14-19 años fue de 185,9 de 100.000 mujeres de esa edad, 394 denuncias por violación y 944 por abusos; en menores de 14 años hubo 263 denuncias por violación y 1.085 por abusos, significativamente mayores a lo ocurrido en 2004; la tasa de denuncias por violencia fue 129/10.000 mujeres >15 años, el 81,8% tiene entre 20-64 años y 13,8% entre 10-19 años (http://www.revistasochog.cl/articulos/ver/138).

Se advierte también que 500 chilenas han sido asesinadas por sus maridos, convivientes, ex parejas o desconocidos desde 2001. El año 2009 registró hasta noviembre de 2009, 52 femicidios (como se les llama ahora). Del total de este año de femicidios o feminicidios, como se les llama a los asesinatos de mujeres por razones de género (el que se le llame “género” es otra discusión, y bastante profunda, pero por ahora dejamos la nomenclatura en los términos que se da en la luz pública), 15 por ciento habían estampado denuncias ante los tribunales, 7,5 por ciento contaban con medidas cautelares y 15 por ciento fueron violadas antes de ser muertas (http://www.mapuexpress.net/content/publications/print.php?id=3108).



En el mismo sentido, vemos que la ley de acoso sexual es bastante reciente. El Presidente Ricardo Lagos firmó el decreto para su promulgación el año 2005, luego de permanecer 11 años en el Congreso en diferentes trámites. La ley establece como acoso sexual "el que una persona realice en forma indebida, por cualquier medio, requerimientos de carácter sexual no consentidos por quien los recibe y que amenacen o perjudiquen su situación laboral o sus oportunidades en el empleo". Aún así siguen existiendo numerosos casos de acoso sexual, y las empresas todavía no cuentan con todas las herramientas necesarias y prudentes para prevenir todo este tipo de agresiones tanto verticalmente, de abuso de poder (quid pro quo), como aquella que consiste en crear un ambiente hostil de trabajo.

Me parece que es un deber que nos pongamos a hacer algo relevante con este tema, que creemos que no existe, que la gente exagera, ¡que es un panfleto de la izquierda! (hay genios para todo), pero la realidad nos muestra otra cosa. Algunas maneras que se me ocurren a mi para enfrentar agresiones de este tipo (en que se denota una discriminación contra la mujer):

1. En la vida común dejar de responder a ciertas realidades, intentando justificar este tipo de discriminaciones. El típico ejemplo, es que se le culpe a las mujeres de las violaciones; “ah es que iba muy destapada”, “como va a esas horas sola”, “se ve que le gustaba”, y todo este tipo de dichos que lo único que hacen es: (A) entender al hombre como un animal que no puede controlarse (por lo que hay que asegurarse de no subirle el nivel de testosterona… ¿¡un bikini!? pff); (B) tácitamente entender a la mujer como un objeto al cual el hombre tiene derecho de violentar y no hacer patente que son perversiones que debemos castigar, evitar, y fiscalizar.

2. Hacer políticas públicas (en las diversas instituciones) que vayan en una correcta dirección. Ejemplos hay varios, de más fáciles ha más difíciles:

(A) Fortalecer y fomentar las relaciones formales de pareja (matrimonio) (las estadísticas dicen que el abuso y violencia sexual se da de mayor manera en relaciones de convivencia, en este sentido el art. 5º de la Ley sobre Violencia Intrafamiliar, pero lo que no quita que ocurra también en el matrimonio).

(B) Fortalecer las instituciones al interior de las empresas, para que haya un mayor resguardo respecto de estos temas.

(C) Hacer notar en la ley estas diferencias. No es una “tontería” (Clarín, 31.7.2007) que la ley reconozca de manera justa estas cosas. Si vemos que hay un delito que presenta elementos propios, que hacen distinguirlos de un homicidio común, y que la forma de prevenirlo es diferente, de la misma forma, habrá que castigarlo, y tipificarlo de una manera diversa (llamenle “femicidio”, “feminicidio”, como les guste). En esta vía van algunos de los últimos estudios criminológicos respecto del tema (Balloni, Bisi).



(D) Fomentar las igualdades en cosas donde no debería haber diferencias; por ejemplo la conocida pensión a la “dueña de casa” ¡Tonterías! Tiene que ser pensión a quien trabaje en la casa. Que el Estado reconozca todo el trabajo que se hace en la casa (quien ve las tareas, quien cuida a los niños durante el día, etc), y le pague a la persona que trabaja en la casa (como “dueña de casa”) pero sin distinción si es hombre o mujer. Los hombres también pueden cuidar de sus hijos, también pueden hacer labores hogareñas. La idea es borrar el rastro del hombre que trae el pan a la casa y la mujer que lo espera con su plato de comida (visión que aumento consideradamente con la revolución industrial). Esta visión no muestra la realidad de la mujer hoy, comprometida con la política, que en muchos casos busca trabajar, es la sostenedora del hogar, tiene postítulos, etc. Que ella también pueda salir a a “ganar el pan”, y que si él quiere también se pueda quedar en la casa y se le reconozca ese trabajo. Para que no se vuelva demagogia que se fiscalice (por el ministerio del interior, municipalidad, que se yo, el que de la pensión mes a mes) cada mes el trabajo viendo cosas mínimas; mantención de la casa, conducta y mejoramiento de las notas de los hijos, relación familiar, etc, y que hayan rangos de pensión; malo, regular, muy bueno, y la pensión se asigne en base a esta evaluación a uno; hombre o mujer, que trabaje en la casa (no pueden recibirlo los dos porque se desincentivaría el trabajo fuera de la casa), incluso llegando a perderla, si no se ven progresos. Seguro que sería una inversión gigante, pero mejoraría muchas cosas (educación, discriminación, etc)



(E) Apoyar iniciativas como las campañas contra el machismo, contra la violencia intrafamiliar de pareja, contra los abusos sexuales dentro de casa y en empresas, mejorar puntos para denunciar, mejorar la fiscalización (sobretodo en casos de denuncias previas) y los medios de protección a la víctima.

(F) Etc., hay muchas cosas que se deben hacer, y otras que se pueden cambiar y estas son solo algunas que sirven de ilustración, lo único que se es que debemos actualizar ya las institucionalidades chilenas respecto de este tema, y requerirá voluntad, trabajo y creatividad.



Por último, y como es mi blog, puedo poner lo que se me de la gana, pongo un link a una página sobre preguntas y respuestas sobre que hacer si se sufre de acoso sexual en la empresa: http://www.abogada.com/abogados/chile/abogados/El_Acoso_Sexual_en_Chile/ .

Saludos.

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